BIUTIFUL

joroba con la pelí...

Hay que tener la mente retorcida, o haberse llevado muy mal con su padre para dedicarle una de las películas más sórdidas que se pueden ver en el cine este año. Alejandro González Iñárritu así lo ha hecho. Tras dos horas y veintiocho minutos de la historia de un ser de ultratumba en la que el catálogo de desgracias que le suceden, recuerda y supera al necro informativo diario de turno, aparece una leyenda en la que el director y guionista le dedica la obra a su “querido padre”. ¿Qué le habrá hecho el padre? ¿Tan malo ha sido?

Las películas, los Films, tratan o han tratado todos los retos, las bondades y maldades que afectan al ser humano. Aventuras, relatos fantásticos, historias de amor o de miedo, de corte histórico, futurista o basadas en la actualidad, llegan a las carteleras de los cines sin prisa, sin pausa. Y esta Biutiful es una de las más descarnadas y desasosegantes que se puedan ver. ¿Era este el objetivo? Veamos.

El actor protagonista es un Javier Bardem acostumbrado a este tipo de papeles en su histórico profesional, desde “No es país para viejos” hasta la más antigua “Días contados”. Interpreta en esta ocasión a un mal nacido, no por malo, sino porque no hay desgracia que le sea ajeno. Protagoniza una tragedia con todas las de la ley, un acto de bondad y solidaridad, poner estufas contra el frío en un dormitorio clandestino de chinos explotados acaba con ellos, y son unos cuantos. Al menos han tenido una muerte dulce. No como los negros inmigrantes africanos que son detenidos y atropellados en una redada increíble por la violencia con la que se nos cuenta. La relación con la madre de sus hijos, una loca putilla que no atiende a razones, o la del jefe de los chinos con su amante que acaba en tragedia, todo es sórdido y tremebundo en esta película que me podía haber ahorrado de ver. ¿Se puede hacer arte con las peores noticias de los telediarios? Ese parece ser el objetivo.

La película, además aporta un plus de incomodidad narrativa al espectador. Continuamente se escuchan frases en el patio de butacas: ¿Qué ha dicho? Apenas se oyen algunas frases, conversaciones, que están deliberadamente grabadas y montadas así. Como para dejar al espectador con la sensación de que es sordo o no entiende lo que el gran Alejando González Iñárritu quiere contar. Claves para mantener la atención en la más que larga película.

Supongo que el proceso de producción de la película ha sido el normal y corriente en estos tiempos. Hoteles de cinco estrellas, cámaras último modelo digital, material de lujo para contar las miserias que muestra sin tapujos. No sé como el director se puede marchar a cenar, después de un día de trabajo, en compañía del equipo después de haber rodado las escenas de la muerte de más de veinte chinos en un dormitorio, que por otro lado podía haber sido sacado de las imágenes de archivo de la policía. Quizá la mala conciencia del director por haber trabajado en el mundo publicitario, para marcas de lujo como BMW y haberlo hecho muy bien, nos ha traído como contrapeso esta obra desequilibrante y obscena.

Si quieres ahorrarte un sofocón absurdo y sórdido, no vayas a verla.

Cándido San