FILTRACIONES

Uy… que miedo!

La filtración de datos, de trapos sucios, de sumarios, de información confidencial, es una constante en la vida de los periódicos y periodistas. El muy citado Alfred Harmsworth, o lord Northcliffe, llamado el “Napoleón de la prensa” en Inglaterra, que llegó a tener entre sus cabeceras de periódicos el Daily Mail o el The Times a principios del siglo XX decía: “Sólo es noticia aquello que alguien quiere ocultar, lo demás es publicidad”. Pues sí es verdad y para publicidad, la que está teniendo estos de wikileaks con sus papeles secretos por todo el mundo. Lord Northcliffe vendió muchos millones de periódicos aplicando esta máxima, está considerado como uno de los primeros grandes editores del mundo anglosajón.

¿Nos acabaremos enterando de algo interesante de verdad? Por ejemplo ¿Cuánto o qué han cobrado los dueños de la exclusiva por cederla a diferentes cabeceras que a su vez están haciendo el agosto con la cocina casera de este asunto? De momento, no lo sabemos, pero lo conoceremos. Por fin se va a imponer la moda de que lo que no quieras que se sepa, no lo hagas. Será un gran paso adelante para la humanidad.

Internet ha llegado para quedarse y esta es otra muestra. Una persona con acceso a información reservada, clasificada, interna, de las que hay muchas en el mundo, tiene la posibilidad de guardarla en un diskette, o en pen drive, sin que sus jefes se enteren. De ahí a pasársela al mejor postor, hay un paso. Colgarla en un blog, en una web es inmediato, fácil y accesible, y la gente si le interesa lo busca, lo lee y si no pasa de ello, sigue con sus quehaceres. Fenómenos como éste de Wikileaks, como Wikipedia, youtube y las inevitables redes sociales, se están llevando el gato al agua internetera. Las marcas informativas o formativas empiezan a servir para bien poquito. En dos generaciones habrán desaparecido. Se creerán otras con un sentido diferente, por gente que nació con Internet, que serán los que empiecen a entender de verdad la parte de vida digital que nos corresponde.

Volviendo a la actualidad ¿Qué filtraciones son estas? Nos enteramos de las tontunas que habla y transmite el personal diplomático norteamericano, parece que es su trabajo y cobran por ello. Algunas son de tebeo, otras de espías churriguerescos, recuerdan a historias como la de Garbo, aquél agente doble y triple, principalmente al servicio de los ingleses en la II Guerra Mundial, que vivía de recortar periódicos y de manejar la información muy requetebien...
Nos enteramos de las “supuestas” tropelías de algunos políticos del PP que aparecen en el Sumario filtrado denominado Gurtel, que si el bolso, que si los trajes, que si los millones de euros en Bahamas, que si este que si el otro… y no nos enteremos de la lista de marcas de aceite, de empresas que nos están tangando en calidad y en precio. ¿Cómo es posible? ¿De que va esto de las filtraciones?

Sale un informe de la Junta de Andalucía diciendo que en una inspección en Jaén, la tierra del aceite por excelencia, en unos supermercados han encontrado 20 marcas que en la etiqueta ponen una cosa distinta de la que dan. La filtración ha llegado hasta ahí, pero las marcas que es lo que interesa no salen. ¿Qué hacemos en Madrid, dejamos de comprar aceite de oliva…?

No es fácil de entender. La noticia salió en elpais.com y en la sección de comentarios había decenas de tipos cabreados con la información porque querían saber si les estaban tangando a ellos. El fin social de la prensa parece que se ha quedado a medio camino. Eso sí, conocemos con precisión y exactitud los comentarios, obvios y absurdos, sacados de contexto, que un soldado norteamericano ha ido juntando durante un tiempo y se los ha regalado al de Wikileaks.
Cándido San