EL DE LEON Y MAQUIAVELO

...camino de la Moncloa

A Maquiavelo le ha salido un leonés que levanta su cabeza ruge y mira, otea el horizonte, piensa desde su cerebro reptiliano, el primero de todos los cerebros: este es mi territorio y lo será hasta 2012. Después ya veremos.

La cara del líder de la oposición se transmuta en estos dias aciagos, tenía esperanza – es muy cristiano- que todo fuera a peor para todos y se convocaran elecciones anticipadas. Pero no. Algunos políticos canarios y otros vascos, en principio de su misma ideología seudo liberal, de derechos apoyan al León de Maquiavelo por un plato de lentejas.

No habrá elecciones anticipadas. El líder de la oposición tendrá que esperar más de un año y el panorama apunta a mejor. Él lo sabe, conoce muy bien las causas de este desastre, lo sembraron los suyos hace unos años y sabe que no hay mal que mil años dure.
En la cara se le ve el desconcierto, más extravío en su mirada, cambio de planes. Siempre que le anuncian borrasca piensa en la ETA, en el juego sucio que tan bien se le da. Para el debate de los presupuestos tenía la lección aprendida, y muchas cosas que decir, retórica hueca, ahora nadie se acuerda de lo que ha dicho, menos de lo que iba a decir, no se le oye.
El Leonés se le ha adelantado otra vez. Ha puesto el intermitente, mira la velocidad, le gusta observar las reglas del juego y utilizando las emociones de su cerebro límbico, el de las emociones, ha llegado hasta el cortex de la inteligencia y le ha vuelto a adelantar en una recta larga y pesada limpiamente, cumpliendo la ordenanza de tráfico al uso. El líder de la oposición se ha vuelto a quedar atrás, casi, casi, fuera de juego. Tiene su coche aparcado en el arcén, el capo levantado, sale humo negro. Tendrá que llamar a la grúa: ¡ETA sálvame!

Mala semana para un líder de la oposición que se las prometía felices. Nuevo gobierno, todo el mundo mira a la Moncloa y ve grandes y severos aciertos. Está acostumbrado a estos golpes de la fortuna del León leonés. Su discurso del caos ha quedado diluido. Priman las nuevas viejas caras, en las que hasta los de su partido reconocen acierto. Para él las cosas van a peor. La única buena noticia que ha tenido en estos días es que la mafia judicial que administra con talento quiere juzgar de nuevo al juez campeador. Amor y odio. Ahora no le quiere, antes le quiso un huevo. Mientras el León de Maquiavelo ruge, enseña los dientes y se tumba a esperar tiempos mejores para todos. Sí, dice que para todos. Ya veremos.

Cándido San